miércoles, 26 de junio de 2013

CRUCE DE CAMINOS ( SYPHON Y AMALYA)


SYPHON: *Me largo del refugio sin mirar atrás. Oigo los llantos de Starla a mi espalda y las maldiciones de Syn y también oigo a Balth, que por fin parece salir de su trance y se apresura a ir a consolar a nuestra hembra.

Cuando he salido ya fuera del enorme edificio, busco en mis bolsillos y veo que llevo un puñado de dólares a los que pienso darles un buen uso en la licorería que hay en la calle Trade.

Me desmaterializo hasta allí, y me compro dos botellas. Una de whiskie y una de licor de ajenjo y me bebo primero la de whiskie, en dos tragos y pienso en Zypher....
A el también le gustaba beber y menudas risas nos pegábamos luego, cuando conseguíamos emborracharnos y tener algo de fiesta con alguna hembra y una lagrima solitaria se me escapa de los ojos.

Me duele más que a ninguno haberle perdido, pero sé que hice lo correcto, ahorrándole un sufrimiento y una agonía lenta cuando le clavé mi daga en el cuello y perdido en mis pensamientos, tiro la botella vacía y destapo la de licor de ajenjo, pegándole un buen trago también.

El alcohol me quema la garganta y se me empieza a nublar la vista y alzo la botella hacia mis labios una vez más, sin mirar siquiera hacia dónde voy, cuando de repente oigo un "AY" y con un acto reflejo, cojo a la hembra de la cintura antes de que se caiga de morros al suelo.*

- ¿ pero qué cojones haces en medio.... ?

* Farfullo con la voz típica de alguien que empieza a estar ebrio mientras sostengo todavía a la hembra, doblada por la mitad encima de mi brazo y con el pelo tapándole la cara.*

AMALYA: *Estaba nerviosa. Por primera vez desde que el primale había abierto las puertas para pasar a este lado me decidí a caminar por la ciudad donde mis hermanas, los guerreros y sus familias vivían y compraban cosas.

La noche era hermosa y corría un viento cálido agradable.
Miro por todos los negocios y entro a un lugar lleno de libros, elijo un par para el pequeño y futuro primale y para la hermosa Nalla.
Cuando pago y salgo satisfecha con mi compra veo que del otro lado de la calle hay un parque. Curiosa cruzo y comienzo a caminar, todavía no me acostumbraba a que no hubiera casi nadie de noche. Los humanos eran criaturas extraordinarias y muy distintas a nosotros.
Salgo del otro lado del lugar y miro ¿cómo puede cambiar tanto un ambiente?
Este lugar era frío, gris y solitario.
Cruzo tratando de orientarme cuando me doy cuenta que podría haber dado la vuelta en el parque.
Me giro para hacer justamente eso y me choco con una pared o eso me parecía hasta que escucho la voz ronca y arrastrada de un macho.
Corro mi cabello para pedir disculpas y desaparecer*
- Lo siento tanto señor...
*La voz se me va cuando veo de quien se trata.
Un bastardo, trago el nudo que tenía en la garganta*
- Lo siento mucho...
*Me alejo de su agarre, estaba borracho. Se tambaleaba, con suerte ni siquiera note que soy una de su raza*
- Que tenga buena noche.
*Hago una reverencia y busco escapar de allí*

SYPHON: * La hembra se aparta de mí y estiro la mano para agarrarla por el brazo antes de que se vaya, porque quiero disculparme,  pero me tambaleo y caigo sobre ella, aplastándola contra la pared.

Con un resoplido, oigo como el aire de sus pulmones sale disparado cuando caigo sobre ella y suelto una maldición.*

- ¡¡Ostias!!! Lo siento, tronca... ¿ Te encuentras bien ?

* Vaya pregunta más tonta... La pobre hembra esa soportando encima de su cuerpo un peso muerto de más de 120 kilos y se la ve... ¿ furiosa?

Intento apartarme, pero vuelvo a tambalearme y los dos caemos hacia atrás, esta vez aplastándome ella a mi.*

-No es que me importe tenerte encima, ricura... pero es que me estas aplastando las pelotas, reina.

* Saco mi mejor sonrisa y mientras intento enfocar la vista para ver a una sola hembra y no a tres ....Joder..Que mareo...*

AMALYA: *Me sonrojo hasta las orejas cuando me doy cuenta como estoy encima del cuerpo del macho*
- yo...lo lamento.
*torpemente intento salir de encima de él pero creo que al hacerlo le hice más daño, no era que no supiera como eran los macho allí abajo pero nunca había visto uno y mucho menos sentirlo.
Cuando logro levantarme quiero que la tierra se abra y me trague.
El macho se tambalea demasiado, inconscientemente estiro mis manos para estabilizarlo y evitar que se caiga de nuevo*
- Sería mejor que fuera a dormir.
*Sabía que era un traidor pero no podía con mi genio, me preocupaba que estuviera en estas condiciones y fuera de su hogar, cualquiera que sea*

SYPHON: * Ahogo una maldición cuando ella se levanta y me clava su huesuda rodilla en la ingle y me retuerzo por los suelos, hasta que logro levántame y enfoco mi mirada hacia ella.

_¿ por qué demonios tienes tres cabezas, hembra?

* Pregunto acercándome curioso hasta que veo como arruga la nariz.*

-Soy Syphon!!! Vamos allí a sentarnos!!!

* Palmeo con alegría su hombro, lanzándola dos metros hacia adelante y giro los ojos en blanco.*

-No tengas miedo.. No te voy a hacer daño...

* Sonrió medio borracho mostrándole mis colmillos.*

AMALYA: *Me quedo mirándolo asombrada, aparte de borracho era bruto.
Aprieto los libros en mi pecho y niego lentamente*
- Lo siento sire, debo volver a mi lugar.
*me daba cuenta que ni siquiera se daba cuenta cual era mi rango*
- a las hembras de mi posición no se le permite estar con machos a solas.
*Era una escribana después de todo*

SYPHON: * extrañado y debido a la borrachera, no sé de qué posición me habla, pero la agarro suavemente del codo y la arrastro conmigo para que se siente en un banco del parque.*

-Bueno...pues si estando en posición de pie, no se te permite, será mucho mejor que nos sentemos...

* Le paso la botella por si quiere un trago y suspiro.*

-Hoy he perdido a mi mejor amigo, mis trahyners no me hablan y creo que la que iba a ser mi shellan no me quiere ver ni en pintura....

* De repente me entra la tristeza típica de alguien que lleva ya varias copas de más y me miro las manos.*

- Nadie entiende que lo maté para que no sufriera... Yo solo estaba furioso por que trajo a la hija del Bloodletter a nuestro refugio, y quería darle un escarmiento...Pero no quería matarlo...

* Miro a la hembra con expresión de pena profunda y me encojo de hombros.*

-Nadie debería de morir por querer a alguien...

AMALYA: *miro alucinada al macho. Era un bastardo, algo brusco a la forma de hablar o moverse pero a la vez me parecía como un niño perdido.
Sentada en el banco de la plaza lo escucho dándome cuenta de lo que paso...o es penaba, tendría que ver si la hija de la Virgen estaba bien,
Lo que me llama la atención es que un bastardo haya dado todo por ella.
Aunque si se habían enamorado y él la había marcado era comprensible. Decían que no había mayor unión que esa entre un macho y una hembra.
Aprieto mis dedos contra los cuentos, sería bonito experimentarlo.
Con un suspiro resignado miro al macho*
- Puede que sus intenciones hayan sido buenas sire pero no está en su mano decidir quién vive y quién no.
*Sonrío un poco tratando de no ser tan dura*
- Cuando uno comete un error es bueno pedir disculpas verbalmente y con acciones, todos nos equivocamos y si las personas que hemos ofendido nos aman de verdad nos perdonaran y ayudarán en el camino que queda.
Y aunque sé que no hablan con nuestra madre, ella lo perdonará si ve su genuino arrepentimiento.

SYPHON: * Me giro confuso a mirarla, sin entender muy bien....¿ Cómo se supone que le voy a pedir disculpas a Zypher por haberlo matado?

Me reclino un poco más sobre el banco y apoyo ligeramente la cabeza en el hombro de la hembra y miro al cielo. La luna esta enorme esta noche, y el tono rojizo que tiene, no presagia nada bueno... *

- No puedo arrepentirme de haberlo librado de su sufrimiento...De una manera o de otra, él había cascado. Nos obligó a cortarlo con la daga impregnada en sal, y cuando el sire nos dijo que lo dejáramos en el edificio de al lado para que se limpiara de la sangre de la hembra lejos de nosotros, ya era tarde...No podía sanarse, porque se estaba envenenando y vi el dolor en sus ojos...

* Suspiro y miro a la hembra...No me había dado cuenta de que es muy bonita y yo...Yo estoy hecho un desastre. Despeinado, sucio y lleno de sangre por todas partes y me retiro, avergonzado.*

- ¿ he manchado tu vestido? Vaya...lo siento...A nuestra hembra no le importa. Aunque rara vez lleva vestido... Es difícil mantener la ropa en el cuerpo cuando te follas a tres machos a la vez...

* Digo buscando la botella, que se me ha escurrido hacia el suelo.*

AMALYA: *Me sonrojo furiosamente cuando habla de tres machos. Por la virgen!
Niego*
- Yo me refería a pedirle disculpas a aquellos que no lo entienden
*nerviosa me paro del banco*
- De verdad debo irme Sire Syphon
*Me tapo la boca cuando me doy cuenta de lo que dije. Hago una mini reverencia y comienzo a caminar rápidamente hacia la oscuridad del parque. Casi corro alejándome del macho por lo que no me doy cuenta cuando chocó con otro cuerpo.
Hoy no era mi noche*
- Lo siento...
*La voz se me va cuando veo a la persona que me sostenía, su olor era inconfundible.
Lessers
Intento alejarme pero se da cuenta que soy una vampira y su sonrisa es terrorífica*

SYPHON: * Me levanto tambaleante para seguirla, porque no quiero que se vaya y a mí no me apetece estar solo, y empiezo a correr cuando veo como choca con otro cuerpo.

Desde aquí puedo olerlo y saco mi pistola y apunto a la cabeza del talcoso, gritándole a la hembra.*

-Eh!! Mujer!!! Abajo!! Ahora!!!

* Ella en un acto reflejo se agacha y la bala que sale disparada de mi arma impacta en la cabeza del engendro del Omega, haciendo saltar esquirlas de hueso por la parte en la que sale la bala y corro todo lo deprisa que puedo, tropezando debido al alcohol.

El lesser se retuerce en el suelo, con el cráneo destrozado y me apresuro a sacar mi daga y clavársela en el pecho, mandándolo con su creador de golpe y sin pensarlo, veo que se acercan dos más, y agarro a la hembra, y me la cargo al hombro, echando  correr.

No soy ningún cobre, pero estoy medio ebrio, y hay una civil que puede resultar herida en una guerra que posiblemente no entiende.

Cuando he cruzado el parque entero y sé que estamos lo suficientemente lejos, le doy una palmada en el trasero y la bajo al suelo.*

-A le, chata, no te quejes, que te he salvado.

* Digo sonriendo. Si antes estaba sucio y asqueroso, ahora con la carrera que me acabo de pegar, debo oler como una cabra.*

AMALYA:  *Tratando de controlar mis temblores miro al macho que me salvo y a la vez me toco por primera vez.
No puedo articular palabras*
- Yo no sé cómo agradecérselo...
*Murmuro y lo miro, veo como se deshace en sonrisas y su mirada esta vidriosa.
Levanto un poco la manga de mi brazo*
- Le daría gustosa mi sangre para que lo fortalezca sire. Vengo de una estirpe muy honrada y estoy segura que le ayudara como usted me acaba de ayudar a mí.

SYPHON: * Niego con la cabeza y bajo la manga de su túnica, devolviéndola a su sitio y sonrio.*

- No estoy herido...No del todo. Mañana estaré bien.. No desperdicies tu sangre en alguien como yo. Guárdala para algún guerrero de valía. Yo solo soy un bastardo, sin nombre y sin honor, que atenta hasta contra sus propios compañeros.

* Poco a poco, la borrachera se me va pasando, debido a la adrenalina y aunque reparo en que va vestida de forma extraña, no se me pasa ni siquiera por la cabeza que pueda ser una elegida...pero claro. Yo tampoco he visto a ninguna hasta hoy. Y precisamente, la hija del Bloodletter muy amistosa no era.

Me acerco a la hembra y la sostengo por los hombros, para asegurarme de que está bien y pienso que tengo que volver al refugio o buscar un lugar donde esconderme, porque empiezo a sentir la picazón que anuncia la salida del sol.*

-Dime tu nombre, mujer... Ese será mi premio por haberte salvado.

AMALYA: *Primero estaba avergonzada por su rechazo, pero luego sus palabras me animan un poco aunque siento simpatía por él.
No debería ser un bastardo, era un buen macho.
Miro su rostro y veo como me mira con atención, seguramente noto mi vestimenta. Aunque luchaba por adaptarme todavía llevaba a veces algo del otro lado.
Su escrutinio hace que me sonroje de nuevo.
Muerdo mi labio cuando me pregunta mi nombre, seguro no me reconocería...podría fingir que solo soy una hembra común con él*
- Mi nombre es Amalya Sire.

SYPHON: - No me llames sire, Amalya... Solo soy Syphon. A secas...o killler, como me llaman mis trahyners a veces...

* Veo como se ruboriza una vez más y cuando se pasa la lengua por los labios, toda la sangre del cuerpo se me enciende... me pregunto que se sentiría al probar a una hembra tan educada y bonita y pienso en mi Star.. Y me encojo de hombros, mientras me acerco a sus labios, pero justo cuando voy a besarla, algo de cordura vuelve a mi cerebro y me aparto, carraspeando.*

-Bueno, Amalya... me ha encantado conocerte, pero si no quiero reunirme con mi trahyner en el Fade, debo marcharme. El sol esta próximo... Y no quiero que ninguno de los dos, salgamos ardiendo.

* Me doy la vuelta para irme y una idea pasa por mi cabeza.

Saco mi móvil y se lo tiendo, para que vea mi numero.*

-Si necesitas algo...un paseo, o simplemente alguien con quien hablar. Llámame. ¿Reconoces lo que pone? Yo no, porque no se leer...pero Throe y Zyph me dijeron que este de color verde era mi número.

* Sonrió avergonzado y guardo de nuevo el móvil cuando veo que ella copia el numero.*

AMALYA:
*Veo como se desmaterializa y solo puedo mirar el espacio vacio.
El teléfono queda en mi mano.

Ese macho no era como me lo imaginaba, no era bruto ni malo ni... Dejo salir el aire y miro el cielo al sentir la picazón.

Doy un respiro profundo y me concentro, me desmaterializo desde el lugar donde estoy.

Tomo forma dentro del rancho del primale. Sin mediar palabras subo a mi habitación y me encierro.
Sentada en mi cama miro el número que acaba de darme… Syphon
, un guerrero confundido, pero un macho de valía, sino no me hubiera salvado.
Me gustaría escribirle pero no sabe leer, podría enseñarle. Una sonrisa se dibuja en mi cara, eso haría. Era mi mejor agradecimiento a su persona.

Con un ánimo distinto termino de acicalarme y me acuesto a dormir, mañana a la noche tendría otra oportunidad para poder devolverle a mi salvador el favor*

CONTINUA en Un cafe y unas esposas

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